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Genialidad creativa soviética: segunda juventud del ZX Spectrum

El ordenador de todos... para todo. Así rezaba la publicidad de los Sinclair ZX Spectrum en nuestro país, allá por noviembre del año 83. Por un precio de tan sólo 39.900 ptas. se nos ofrecía la posibilidad de adquirir la flamante máquina en su versión de 16 K, mientras que si nos decidíamos a llevar nuestro desembolso hasta las 52.000 ptas., podíamos hacernos con el de 48 K, el triple de memoria RAM por sólo un poco más de esfuerzo económico.


Como coleccionista de ordenadores y software de los 80, he de confesar mi especial admiración por el papel que llegó a representar mi querido Spectrum en la por aquel entonces incipiente industria digital. Este pequeño ordenador personal acercó el apasionante mundo de la informática al gran público, marcando sin duda un punto de inflexión en la historia de la informática personal de consumo. Fue el primero que verdaderamente merecía llamarse microordenador, ya que se alejaba del tamaño mastodóntico de las máquinas de por aquel entonces, para contener todas sus capacidades en un exiguo tamaño, similar al que hoy en día tienen los recientemente aparecidos netbooks, a pesar de ser un equipo de sobremesa.

Con una excelente relación calidad-precio y una facilidad para su uso que lo convertía en un equipo muy asequible y versátil para los no iniciados, se convirtió en el emblema por antonomasia del ordenador doméstico. Fue uno de los micros más vendidos y su nivel de popularidad se incrementó durante la década de los ochenta hasta llegar a un alcance masivo, sobre todo en Europa. Hoy día, gracias al carisma que alcanzó merecidamente durante sus años de vigencia en el mercado de la microinformática, se ha convertido en uno de los apartados omnipresentes y de referencia obligada en todos aquellos espacios virtuales que de una u otra manera se relacionan con la retroinformática.

Al margen de todas esas impresiones y recuerdos que el que suscribe estas lineas podría plasmar en sus delirios de memorabilia, hay que decir que muchos de nosotros empezamos a dar nuestros primeros pasos en el mundo digital de la mano de semejante artilugio, con el modelo de 48 K de memoria RAM y sus teclas de goma, por lo que resultó algo triste asistir a la desaparición de nuestra querida máquina, que a principios de los 90 se extinguió súbitamente junto con el catálogo de títulos de software que para ella habían sido creados y que tan buenos momentos nos hicieron pasar. ¡Que ilusión, mi primer ordenador!

Pyjamarama (1984)

Habiendo dado paso a la era de los PC y las consolas, actualmente todo ese incomparable mundillo de los 8 bits, y particularmente del Spectrum, puede revivirse gracias a los emuladores, algunos de los cuales existen incluso en español (darse un garbeo por www.emulatronia.com). Sin embargo, no podemos decir que el Specturm haya muerto. A día de hoy, cuando su "desaparición oficial" ya alcanza la mayoría de edad, todavía queda un reducto de "enfermos" en la extinta Unión Soviética que se dedica a desarrollar novedades para el mítico Spectrum. Al parecer, en el área soviética se continuó comercializando este ordenador y dadas las particulares condiciones del mercado ruso, cerrado a Europa y América, hubo quien se hizo con uno de la manera que buenamente podía.

Y aquí llega la parte de este asunto que me maravilla y me asombra. Porque lo realmente increíble es la forma en que el Speccy ha sobrevivido a la extinción en los antiguos territorios soviéticos, en los que no sólo no desapareció, sino que continuó su evolución. Tales cambios llegaron de la mano de las modificaciones que los camaradas hacían, con tiempo y dedicación, llegando a superar ampliamente los límites que previamente se habían establecido para el hardware y software de esta máquina.

Los resultados son sorprendentes. Hay auténticas rarezas hechas por estos jóvenes rusos que son para dejar con la boca abierta a cualquiera que haya conocido de cerca al Specrum y sus limitaciones. En este terreno del hardware, la mayoría son clones hechos por verdaderos genios de la electrónica y la computación en Rusia, que artesanalmente y a partir de la placa, habían logrado modificaciones técnicas muy ingeniosas para conseguir ejecutar los programas del famoso Spectrum. Gracias a estas modificaciones, consiguieron elevar el potencial del Spectrum a unos límites espectaculares. De entre estas máquinas, quizás las más conocidas sean el Pentagón 1024-SL (Пентаго́н) y el Scorpion ZX 256 (en ruso, Скорпион).

En lo que respecta al software, los logros son tanto o más impresionantes. Mientras en el resto del mundo seguía creciendo el mercado tecnológico y la máquina de la que hablamos ya había quedado para el recuerdo debido a su natural obsolescencia, los jóvenes rusos se las ingeniaban para alimentar sus pequeñas joyas de la ingeniería con software de su propia creación, realizando versiones de programas que ya existían para los contemporáneos PCs y permitiendo de esta forma que continuara la utilización del Spectrum como ordenador doméstico y de entretenimiento, al menos más allá de los Urales.

Siempre me ha fascinado la capacidad de los soviéticos para crear estas auténticas obras de arte. Sólamente imaginar la cantidad de código máquina que hay detrás de todo esto, ya causa escalofríos. Si antes del declive del Spectrum hubieran existido programas comerciales de semejante calidad, seguro que habrían sido superventas. Por poner sólo un ejemplo, esta que viene a continuación es una captura de pantalla de "Mortal Kombat", uno de los muchos títulos que en su día no podían ser versionados para Spectrum debido a las limitaciones técnicas de la máquina, pero que ese reducto de programadores del área soviética se encargaron posteriormente de trasladar a mi querido Speccy:



Está claro: Rusia es un país con una increíble cantera de programadores, matemáticos, etc., pero con escasos medios y dinero, que es lo que mueve el mundo. Por eso y por otros motivos, por allí el Spectrum es una máquina todavía viva, no en la forma que todos recordamos de 16K-48K-128K, +2, +3 etc., sino bajo la apariencia de estas máquinas clónicas com el Pentagon, el Scorpion y otras más que ahora no recuerdo.

Valga desde aquí mi modesto homenaje para la genialidad creativa de estos geniales aficionados al Spectrum, que no conocen límite. Para quien no tenga antecedentes de la máquina comentada, he de suponer que no despertará gran asombro ejecutar uno de los programas o de las demos que pueden encontrarse en los foros dedicados al ZX Spectrum. Pero para los que sí vivieron aquellos maravillosos años desde dentro del movimiento, no quedará la menor duda de que son algo más que memorables... casi diría que arte, tanto por la dificultad de programación, como por el resultado visual y sonoro. En su día, nos hubiéramos quedado con la boca abierta contemplando algo así.

Si has leído esto, es porque el tema te interesa, posiblemente porque disfrutaste hace años con la magia y el encanto de aquel mundillo que se creó alrededor del ZX Spectrum. Por eso, para finalizar esta entrada en el blog, y como muestra de lo comentado, te invito a deleitar tus sentidos con estos videos que puedes encontrar en YouTube.


Walker, el legendario shoot 'em up para Amiga, corriendo en un ZX Spectrum




Y este experimento... hay que verlo para creerlo.
¡Streamig video en un Sinclair ZX Spectrum!